Personaje 10Minds del mes (Abril-2022)

Patricio Carranza, fundador de Inmigrandi, es un referente argentino en el campo de la tecnología y la educación, con impacto y participación en programas en toda Latinoamérica, es consultor en tecnología, e-learning y gestión de calidad. Además, él es auditor interno ISO 9001 en Georgia Institute of Technology, analista y experto en Internet of Things (IoT) en CE-Digital (eLAC2020, CAF y GSMA) y diseñador de soluciones de alto impacto.

Patricio también es Director, ITC Contact y ASC Acadmy Specialist en CCATLAT para el programa Cisco Networking Academy en América Latina y el Caribe. Asimismo, tiene amplia experiencia en el procesamiento de grandes volúmenes de datos para censos y encuestas en los organismos oficiales de estadística de Paris, Tokio y Washington.


Estimado Patricio, sin duda tu trayectoria es un ejemplo de una vida dedicada a la educación y la tecnología ¿Qué es lo que te animó a seguir esa carrera? ¿Cuáles fueron los momentos que te marcaron para elegir este camino?

En 1969, a los 8 años, vi con fascinación la llegada del hombre a la Luna. Creo que ese evento fue el que despertó mi curiosidad por la tecnología. Yo era de esos niños que recibían un juguete y, en lugar de jugar con él, lo desarmaban para ver cómo funcionaba.

Pero fue recién a comienzos de los años 80, trabajando con Hewlett Packard, que comprendí la dimensión del mundo de la tecnología. Me especialicé en la línea de calculadoras programables, particularmente la HP-41CX (por entonces se utilizaba RPN, un lenguaje basado en notación polaca inversa) y su interacción con sistemas de control numérico.

El nexo con el universo de la educación fue fortuito. A comienzos de 1982 surgió la idea de dar una clase sobre calculadoras programables a estudiantes de una escuela secundaria (en las aulas universitarias empezaba a aparecer la Texas TI 59), y para mí fue una experiencia reveladora.

Desde entonces, la tecnología y la educación son para mí una pasión indivisible y simbiótica.

Tú eres fundador de Inmigrandi, una iniciativa social que promueve la inclusión de los inmigrantes digitales. ¿Podrías explicarnos un poco sobre quiénes son los “inmigrantes digitales”? ¿Qué programas tiene Inmigrandi para ellos y cómo los ayuda?

En 2001, Marc Prensky definió a los inmigrantes digitales como «…las personas nacidas y educadas antes del auge de las nuevas tecnologías». Se habla de inmigrantes porque la analogía es casi absoluta: personas que, de pronto, se encuentran viviendo en un mundo que les resulta ajeno, con otros paisajes (cajeros automáticos, computadoras, smartphones), otras costumbres (mensajería instantánea, redes sociales) y hasta otro lenguaje (emoticones, memes, terminología).

Si bien la definición de Prensky involucra un marco cronológico, a lo largo de los años he podido comprobar que la fecha de nacimiento no es la única variable que condiciona la adopción temprana de la tecnología.

Inmigrandi nace en 2015 para apoyar a los inmigrantes digitales, que de un modo u otro somos todos, en su proceso de adaptación a este nuevo mundo signado por la tecnología. Al fundar Inmigrandi creí importante hacer foco en la necesidad de supervivencia (tal como lo hace un inmigrante), es decir, empezar aportando los conocimientos y habilidades necesarios para sobrevivir en este nuevo mundo. De esta premisa nacen programas de formación tales como «Tecnología para inmigrantes digitales: uso simple de la tecnología en la vida cotidiana» y «Mandos medios: competencias tecnológicas para el siglo XXI», entre otros. Con el tiempo fuimos identificando nuevas vertientes de inmigración, por ejemplo, en el ámbito profesional. «Revolución Económica 4.0: 12 horas en el futuro de un contador» es una de las propuestas orientadas a profesionales (en este caso, para contadores).

Ser Director de Tecnología del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) debió ser un gran y apasionante reto, ¿Qué proyectos y logros puedes destacar en tu paso por esa institución?

Esos años fueron un gran desafío y una enorme oportunidad de aprendizaje. A principios de los 90 las computadoras personales ya habían llegado a los escritorios de la mayoría de las organizaciones, pero el concepto de trabajo en red estaba todavía en una etapa embrionaria. Internet, por su parte, era inaccesible y desconocido para el común de los mortales.

El primer logro destacable (de un gran equipo técnico del que yo era parte) fue el diseño e implementación de la primera red nacional de comunicaciones interconectando las oficinas de estadística de todas las provincias argentinas mediante una red X.25. Hoy puede parecer trivial, pero a comienzos de la década del 90 fue un desafío técnico enorme, sobre todo porque logramos (programando nuestros propios packet drivers) encapsular paquetes IP dentro de las tramas X.25.

No puedo dejar de mencionar también lo que significó la preparación de las tareas de relevamiento y procesamiento del Censo de Población del Milenio (año 2000), teniendo en cuenta que un censo de población es el operativo de mayor envergadura que realiza un país en tiempos de paz.

El Internet de la Cosas (IoT) revolucionará nuestras vidas en los siguientes años ¿Cuáles son tus pronósticos con respecto al IoT? ¿Qué iniciativas y proyectos tienes en este campo?

Hoy, IoT ocupa espacios que hasta hace solo 5 años eran impensados. El transporte autónomo, el IoT industrial y la medicina serán, tal vez, los campos más fértiles.

Pero como ya dije, tecnología y educación son para mí indivisibles. Bajo esta premisa nos enfrentamos a un nuevo desafío: que IoT no se convierta en otro vector de aislamiento de los inmigrantes digitales. Por eso estoy trabajando ahora en una nueva propuesta educativa (un kit de supervivencia) para acercar IoT a los inmigrantes digitales.

¿Cuáles son tus planes a futuro en el campo profesional / laboral?

Quiero que Inmigrandi siga creciendo, pero también busco el crecimiento de otras iniciativas que empujan en la misma dirección y con el mismo sentido.

A mis 60 años me considero un ignorante que se sostiene a fuerza de aprender. Nunca dejo de estudiar, soy curioso y necesito incorporar nuevos conocimientos todo el tiempo. La pandemia me cambió (como a todos) y comprendí que el mundo prepandemia no volverá jamás. Por eso seguiré estudiando (este año tomaré una especialización en innovación educativa) para poder, tanto en lo personal como profesionalmente, estar a la altura de los desafíos que se vienen.

¿Qué hobbies y pasatiempo tienes?

Albert Einstein decía que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose. No solo soy curioso, también me gusta crear.

En una suerte de vida paralela soy escritor de ficción; escribo novelas y cuentos. Pero la creatividad necesita de un cerebro bien oxigenado, así que cada mañana (cuando el clima me lo permite) salgo a correr 8 kilómetros.

¿Qué consejo les darías a los jóvenes que están comenzando su carrera en un área tecnológica?

No me siento en posición de dar consejos. Prefiero, si se me permite, compartir algunas premisas que me acompañan cada día:

  • Imagina el futuro y vive hoy construyendo ese futuro.
  • Cuando tengas una idea, déjate sorprender, diviértete. Piensa como el niño de 8 años que eras.
  • Rodéate de gente que sepa más que tú.
  • Nunca dejes de aprender. Si no te actualizas, en 5 años estarás fuera.
  • Comparte todo lo que sabes, eso te enriquece más de lo que crees.