Personaje 10Minds del mes (Septiembre-2021)

Ciro Alejandro Zeballos Claure es un joven boliviano, ingeniero mecatrónico de 24 años de edad. Al ser voluntario en distintos centros de educación alternativa, tomó en cuenta la dificultad de las personas sordomudas que tienen al comunicarse con el resto de la población, de esta manera fue trabajando y construyendo un dispositivo que transforma el lenguaje de señas en comandos de voz.

Él fue galardonado con el premio TOYP Tarija 2021, en el área de desarrollo científico tecnológico, además de también recibir una distinción por la embajada Francia en Bolivia.


¿Qué fue lo que te motivó a estudiar ingeniería mecatrónica? ¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos a la tecnología y a qué edad?

Durante mis años de secundaria tuve la oportunidad de participar en diferentes eventos relacionados con la tecnología como por ejemplo olimpiadas de robótica e informática a nivel departamental y nacional, alcanzando de esta manera diferentes reconocimientos en estas áreas, aquello me permitió conocer brevemente a lo que quería dedicarme a futuro y quién podría lograr a ser. De está manera buscando entre las diferentes carreras fue que escogí estudiar ingeniería mecatrónica.

Mi primer acercamiento con el mundo tecnológico fue en 2008, tenía aproximadamente entre 11 y 12 años, y tenía muchas ganas de participar en las olimpiadas de robótica de la Universidad Católica Boliviana, que se organizaban cada año. Desafortunadamente, por temas económicos y logísticos por parte de mi unidad académica no pude participar. Fue frustrante porque sabía que tenía el potencial, pero no los recursos y muchas veces eso es un factor que se nos escapa de las manos. Fue más adelante, cerca del 2012, dónde tuve la oportunidad de participar en el concurso que por años esperé poder ingresar y para mi sorpresa, ganamos el primer lugar por dos años consecutivos.

Pudiste crear un prototipo de dispositivo que transforma el lenguaje de señas en voz, el cual tuvo mucho impacto y connotación a nivel nacional, ¿Cómo surgió esa idea? ¿en qué te inspiraste? ¿Qué tecnologías de software y hardware usaste?

La idea nace en 2016 en un evento conocido como la Startup Weekend – Regional Tarija donde tuve la oportunidad de participar, es un evento que busca emprendimientos innovadores, ideas para cambiar el mundo, ya sea desde el ámbito tecnológico, gastronomía, agricultura, entre otros.

En ese evento, recordé aquellos momentos durante el 2016 donde tuve la oportunidad de convivir con personas sordas. Yo me encontraba en segundo año de mi carrera y de buscar la forma de cómo ayudar a esas personas, nace el primer concepto de traductor de lengua de señas a comunicación oral, como una idea, un concepto primitivo conformado por un guante. En esos años parecía suficiente y fácil, pero mi ausencia de conocimiento no me permitía ver el panorama completo. Tras ganar el Startup Weekend comencé a trabajar, investigar y estudiar de forma independiente.

Al investigar, logré encontrar no una, sino múltiples falencias a mi primera propuesta, pues la cantidad de datos obtenidos por un simple guante se queda corto. No son suficientes, se requiere y necesita más. Pasaron los años y en muchos momentos debía dejar mi investigación para ocuparme de mis estudios, sin embargo no podía dejar de investigar, habían ocasiones donde dejaba de lado asignaturas universitarias por estudiar más a fondo este proyecto.

La motricidad fina fue el punto clave de mi investigación, es aquella encargada de todos los movimientos de precisión y exactitud elaborados por nuestras extremidades superiores, nuestros brazos. Y dentro de la definición de motricidad fina se encuentran dos aspectos: uno directamente relacionado al movimiento en el espacio y el segundo a la actividad muscular del sistema nervioso central durante la elaboración del movimiento.

Me puse a la tarea de diseñar de forma conceptual y teórica dicho dispositivo, que capte la motricidad fina, presentando así mi propuesta en el concurso Falling Walls Lab Bolivia 2019, obteniendo el tercer lugar a nivel nacional, que fue un reconocimiento por parte de la embajada alemana en Bolivia.

No obstante, no tenia capital para construir el dispositivo por mis propios recursos. Fue entonces que la Universidad Católica Boliviana San Pablo – Regional Tarija, financió el primer prototipo de mi proyecto. Gracias a ello pude construir lo que antes de forma teórica solamente podía pensar. Tenía el conocimiento pero faltaban los recursos, recibir aquella ayuda me permitió plasmar mi investigación y el desarrollo de mi dispositivo.

Conceptualmente, el dispositivo se encuentra desarrollado con múltiples sensores que permiten capturar la motricidad fina en sus dos dimensiones, la cinemática relacionada al movimiento por medio de sensores inerciales y los impulsos eléctricos del sistema nervioso central por medio de sensores electromiográficos.

Ahora que la sociedad ha puesto su atención en tu prototipo, ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Existen planes de implementarlo y mejorarlo?

El siguiente paso es mejorar el dispositivo lo más pronto posible, pasar de un diseño robusto a uno más manejable. El dispositivo una vez puesto es bastante cómodo y te da gran libertad de movimiento, pero es el hecho de “colocártelo y quitártelo” que incomoda al usuario.

Posteriormente es necesario llegar más lejos, alcanzar las más de 4000 señas de Bolivia y por medio de redes neuronales, procesamiento de lenguaje natural e inferencia bayesiana, construir y formar oraciones sintácticamente correctas y coherentes, no solamente señas y palabras, sino oraciones completas y ello es un gran desafío.

Dentro de mis planes está continuar con el desarrollo del dispositivo en diferentes etapas, por lo que busco acceder a becas de programas de maestría que me permitan obtener más conocimiento y avanzar en el desarrollo del proyecto. En mis planes visualizo dos futuros prototipos, uno mejor que el otro.

En cuanto a tus planes personales a corto y largo plazo, ¿Qué proyectos tienes a futuro?

Deseo dedicarme a la inteligencia artificial, a la robótica aplicada y sistemas embebidos. Por lo que busco acceder a programas de maestría y doctorado para alcanzar dichos objetivos, mi pasión es la investigación y el desarrollo científico – tecnológico, me gustaría formar parte de una institución que me permita avanzar en ese campo. A futuro tengo diversos proyectos, todos con un propósito: ayudar a quienes lo necesitan, pues considero que es lo más enriquecedor de nuestra vida.

¿Qué consejos darías a todos los jóvenes apasionados por la tecnología y la mecatrónica?

Persigan sus sueños forjando metas, no le temas al fallo, éste es muy importante porque te permite encontrar el camino correcto.

Crear algo no es fácil, pero lograrlo es impresionante, busca siempre ayudar a quien lo necesita.

¡Llegarás tan lejos como te lo propongas!